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Visibilidad Intersex: la comunidad médica tiene que dejar de tratar a las personas intersex como si tuvieran una enfermedad

Tiempo de lectura: 3 minutos
  • Uge Sangil, presidenta de la Federación: “Los cuerpos intersex no implican ningún trastorno, sino diversidad”
Día de la visibilidad Intersex

Con motivo del Día de la Visibilidad Intersexual, que se conmemora cada 26 de octubre, la Federación Estatal LGTBI+ pide que se deje de tratar la intersexualidad como una enfermedad y que se desmedicalice la realidad de las personas intersex.

Así, la presidenta de la Federación Estatal LGTBI+, Uge Sangil, recuerda que “los cuerpos intersex no implican ninguna enfermedad, ni trastorno, sino diversidad”. “Por eso, los colectivos pedimos que dejen de verse como algo raro, feo y patológico, envuelto siempre en un alto grado de secretismo y que se erradiquen las revisiones genitales invasivas y traumáticas para las personas intersex”, declara.

Igualmente, solicita el cese de las cirugías cosméticas e indiscriminadas a menores intersex, tal y como establece la recientemente aprobada Ley Estatal LGTBI+, y reivindica que se deje de someter a la infancia intersex a verdaderas “bombas hormonales”.

Tal y como explica Iolanda Melero cofundadora de Kaleidos, entidad de personas interesex miembro de la Federación Estatal LGTBI+, “las intersexualidades no se refieren a la identidad de género, ni a la orientación sexual, sino a corporalidades, porque existen muchos tipos de cuerpos sexuados, no solo los dos típicos de hombre y mujer”.

Así, Melero defiende que  “el tema ha sido tan tabú hasta ahora que muchas personas intersex ahora adultas hemos sabido que lo somos ya de mayores al investigar, porque ni los profesionales médicos, ni la familia nos había dicho nada”, denuncia.

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“En mi caso, por ejemplo, mis padres descubrieron que yo era intersex cuando tenía 2 años porque una profesora les dijo que tenía los genitales hinchados. Me intervinieron quirúrgicamente a los 2 y a los 4 años. Ni mi familia, ni mi médico me dijeron nunca nada, solo que me habían tenido que operar de ‘ahí abajo’, sin especificar por qué. Un día, ya con 20 años, escuché en la consulta que el doctor le decía a otra persona que yo tenía el síndrome de Morris y entonces lo busqué”, relata Melero.  

Así, la Federación y su entidad federada Kaleidos reclaman que cualquier cirugía o procedimiento invasivo genital u hormonal, que no tenga como objetivo de hacer frente a curar una problemática real física del menor, sea aprobado primero por un comité ético, en el que se asesore y empodere a la familia.  Además, exigen que estos comités cuenten con expertos en diversidad afectivo-corporal, género, y con conocimientos en el desarrollo del trauma. Y, por supuesto, que haya siempre un consentimiento informado real a las familias y personas intersex acerca del porqué de cada intervención y posibles alternativas, efectos secundarios etc. 

Por otra parte, Melero denuncia que, “a día de hoy, siguen circulando multitud de mitos sobre la intersexualidad que generan estigma y miedo a la visibilización como, por ejemplo, que somos el tercer sexo, que somos hermafroditas o que no somos del todo ni hombre, ni mujer”. “Así, para desmentir todos esos bulos, pedimos más visibilidad para las personas intersex desde un punto de vista no patologizante, ni estigmatizante, así como que se incluyan las intersexualidades dentro de la variabilidad del cuerpo en los libros de texto y enseñanza formal de Educación Primaria y Secundaria”, reclama.

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