Programa 90: La comunidad indígena LGBTIQ+ en Guatemala

Esta semana conversamos con Mónica Chub, una mujer trans maya que defiende los derechos de la comunidad indígena LGTBIQ+: “es muy importante encontrarnos y nombrarnos desde nuestro territorio, desde nuestro idioma, para que realmente nuestros pueblos también nos comprendan”

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“Puede ser que no solo Mónica exista, existen más compañeros y compañeras”, declara Mónica Estefanía Chub, una activista trans maya que ha dedicado su vida a defender los derechos de la comunidad LGBT+ indígena en Guatemala. Su historia, compartida en el programa Somos de Colores, es un testimonio de resiliencia, valentía y un compromiso inquebrantable con la justicia social.

Mónica, originaria de San Pedro Carchá, Alta Verapaz, describe una infancia marcada por la pobreza y la pérdida de su padre a temprana edad. A los 12 años, tuvo que abandonar la escuela para trabajar y contribuir al sustento familiar. A pesar de estas dificultades, Mónica destaca el apoyo incondicional de su madre, Teresa, quien la considera “un regalo de Dios”.

“Identidad plural”: un concepto que trasciende las imposiciones coloniales

Mónica se identifica como “identidad plural”, un término acuñado por una compañera Maya Keekchi que busca romper con las categorías impuestas por la colonización y reivindicar la diversidad de sus experiencias como mujer, maya y defensora de los cuerpos plurales. “Es muy importante encontrarnos y nombrarnos desde nuestro territorio, desde nuestro idioma, para que realmente nuestros pueblos también nos comprendan”, explica Mónica.

Su activismo comenzó en 2013, impulsado por la indignación ante las injusticias que sufrían sus compañeras. “Ver todas las situaciones que han enfrentado mis compañeras, compañeros, ver cómo también se les violenta sus derechos, ver también cómo tienen que huir desde sus comunidades para tener una calidad de vida al no ser aceptados por su familia, por su comunidad”, relata Mónica.

Mónica denuncia la falta de avances en materia de derechos LGBT+ en Guatemala, a pesar de que las mujeres trans pueden legalizar su nombre. La Ley de Identidad de Género, que buscaba el reconocimiento legal de su identidad, fue archivada en 2017 debido a la presión de grupos conservadores y religiosos. “Hay tantas iniciativas que estos grupos conservadores han estado poniendo a la mesa, y entonces imaginémonos, no hay una legislación a favor de nuestros derechos, sino más bien en contra de nuestros derechos”, lamenta Mónica.

2023: un año marcado por la violencia y la impunidad:

Mónica señala que 2023 ha sido el año más violento para la comunidad LGBT+ en Guatemala, con un aumento alarmante de crímenes de odio que quedan impunes. La falta de acceso a la justicia y la discriminación sistemática perpetúan un ciclo de violencia que cobra la vida de muchas personas trans, especialmente mujeres trans indígenas. “Los crímenes de odio aumentan cada día más, nos siguen asesinando, no hay ni una respuesta hacia el acceso a la justicia”, denuncia Mónica.

Mónica, a pesar de las amenazas y la persecución que ha enfrentado por su activismo, se mantiene firme en su lucha. “Puede ser de que tengamos deseos, pidamos deseos, pero sabemos realmente de que hay deseos que no se cumplen. Pero sí, algo muy importante: seguir resistiendo ante este sistema, ser resilientes”, afirma con convicción.

Su activismo ha abierto caminos para que otras personas trans, especialmente las indígenas, puedan vivir su identidad con mayor libertad. Mónica se ha convertido en un referente para las nuevas generaciones, demostrando que la lucha por la igualdad es posible, incluso en contextos de adversidad.

Mónica hace un llamado a visibilizar las voces de las comunidades LGBT+ indígenas que luchan en los territorios más alejados de Guatemala. “Se ha hablado de Guatemala, pero solo Guatemala Centro. No se ha hablado desde Guatemala Norte, desde Guatemala Sur, desde Guatemala territorios que están a seis, siete u ocho horas de Guatemala”, señala.